La formación de Ingeniero de Montes permite obtener herramientas importantes para responder a muchos de los retos a los que nos enfrentamos en la actualidad: cambio climático, seguridad energética-agua-alimentación. Retos que están íntimamente relacionados con el gran reto de la humanidad: como desconectar el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente. El concepto de sostenibilidad que se aprende en Montes es un concepto importante para otros ámbitos, sectores, etc..

Marc Palahí. Dr.Ingeniero de Montes. Director European Forest Institute

La profesión de Ingeniero de Montes conjuga los valores propios de la Ingeniería (capacidad de cálculo analítico, capacidad de resolución de problemas complejos, habilidad para la toma de decisiones) con la formación en material de gestión del medio natural. Esto le da un valor diferencial frente a otras ingenierías mas “duras” y permite una polivalencia que sitúa al Ingeniero de Montes en un amplio campo profesional. Echo de menos, no obstante, mayor formación en los planes de estudios en materias relacionadas con el medio ambiente urbano. La formación, hasta ahora, está demasiado centrada en el medio natural (bien sea en materia de explotación/gestión o en materia de conservación de espacios/especies) y existen carencias en aspectos tales como la recogida y tratamiento de RSU, gestión de zonas verdes urbanas, etc. Esto es especialmente importante ya que la Administración municipal (los Ayuntamientos) y las empresas que para ella trabajan son un nicho muy importante de puestos de trabajo para el Ingeniero de Montes, más allá de la Administración Central (Ministerios), Comunidades Autónomas (Servicios Forestales Provinciales) o empresas forestales. Por eso recomiendo a los estudiantes de Máster de Ingeniero de Montes que exploren todos los campos de actividad que su especialidad les abre para iniciarse en el mundo laboral, con amplitud de miras, tanto para su incorporación en ámbitos más clásicos de la profesión como en otros donde la presencia actual es más reducida.

Antonio Morcillo San Juan. Dr. Ingeniero de Montes. Jefe del Servicio de Conservación de Zonas Verdes. Ayuntamiento de Madrid

Eduardo Rojas Briales

El Ingeniero de Montes tiene como principal cometido en el siglo XXI conocer la realidad de los recursos naturales terrestres, y especialmente los forestales, sus utilidades, potencialidades y riesgos y la capacidad de aplicar las  técnicas de restauración y gestión sostenible más indicadas en cada situación. Debe ofrecer a la sociedad y sus representantes así como a los actores del mundo forestal (propietarios, comunidades, industria, ONG, etc.) la mejor información para ilustrar sus decisiones a la vez de implementarlas con la mayor eficacia y rigor técnico.

Eduardo Rojas Briales. Dr. Ingeniero de Montes. Decano del Colegio de Ingenieros de Montes. Ex-Director del Departamento Forestal de FAO

Yo creo que nuestra profesión tiene que abrir miras hacia otros sectores y no digo que no se haya hecho ya, porque creo que tenemos muchos compañeros que trabajan en sectores que no tienen que ver con la forestalia, y este aspecto debería ser trasladado a la universidad. Mi visión de la profesión es que, como ingenieros que somos, somos  gestores y la gestión es hoy necesaria en todos los ámbitos profesionales, porque la sociedad nos está pidiendo eficiencia, no solo eficacia, y para incrementar la eficiencia de un sector, evidentemente hay que gestionarlo. Me atrevería a decir que en situaciones como las que nos encontramos, inmersos en una crisis económica y a mi parecer también de valores, es fundamental, más que nunca, gestionar.  Gestionar una crisis es más complicado si cabe, pero desde luego más necesario que nunca. Por tanto, abrir nuevos campos de conocimiento y de especialización se hace tremendamente necesario, no podemos quedarnos únicamente en una visión selvícola de la gestión, debemos, y somos capaces de entrar otros sectores, de competencias diferentes y debemos creernos que somos capaces de afrontarlas con éxito.

Miguel Ángel Clavero Forcén. Ingeniero de Montes. Jefe de Servicio de Seguridad y Protección Civil. Gobierno de Aragón

Como ingeniero de montes, me alegro que se conserve esa denominación a través del Máster, si bien reconozco que ese nombre fuera del ámbito profesional o fuera de nuestras fronteras, a veces genera cierta confusión a causa de lo amplio que en nuestro ámbito mediterráneo tiene ese concepto de monte que en absoluto es un sinónimo directo del bosque. Nuestra propia Ley de Montes a la hora de definir ese concepto de "monte" como: "todo terreno en el que vegetan especies forestales arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, sea espontáneamente o procedan de siembra o plantación, que cumplan o puedan cumplir funciones ambientales, protectoras, productoras, culturales, paisajísticas o recreativas" tiene que recurrir a continuación a añadir una larga lista de terrenos que nada tienen que ver con la definición previa; sin ser exhaustivo: los yermos, roquedos, arenales, aquéllos terrenos que sin reunir las características enunciadas se adscriban a la finalidad de ser repoblados etc. Y todos estos tipos de terrero, que por cierto suponen más de la mitad del territorio nacional, unidos por el hilo conductor de que hacer que cumplan las funciones tan variadas e importantísimas como las que se enumeran. ¿Dónde lleva este razonamiento? pues a que el profesional especializado y competente en la materia, tiene un muy amplio espectro de actuación, con independencia de los coyunturales avatares de los ciclos económicos o de la priorización que el poder político tenga que hacer en las inversiones, el enorme abanico de actividades y necesidades está ahí y abre un muy variado campo de actividad profesional y que tiene futuro porque nuestra sociedad actual así lo demanda. Pero he empezado por el final, por el apellido, el "de Montes", merece la pena reflexionar también en el título de "Ingeniero" como el profesional que debe conocer y ser capaz de aplicar la técnica para aportar soluciones y no únicamente en las disciplinas propias de su especialidad, en nuestro caso la selvicultura, la ordenación de montes, las repoblaciones forestales ... sino también de las técnicas troncales de la ingeniería civil a cuyo conocimiento, pienso que el ingeniero de montes no debe renunciar. Al menos en mi caso particular, me han sido de gran utilidad en mi vida profesional, bien para abordar por mi mismo determinados trabajos o, al menos, para tener la suficiente capacidad de interlocución cuando he colaborado con los respectivos especialistas

José Ramón De Arana Montes. Ingeniero de Montes. Ex-Subdirector de Calidad y Medio Ambiente. TRAGSA

Valentín Gómez Mampaso

Para mi la profesión de Ingeniero de Montes significa ser el gestor del Medio Natural, no solo de lo Forestal. Para gestionar hay que tener unos conocimientos completos del Medio Natural y eminentemente prácticos. Además hay que  complementarlos con otros necesarios y que no estudian en carreras como puede ser Biológicas y Ambientales. Asignaturas que se estudian en las Ingenierías, la Topografía para poder medir, la Administración de Empresas para administrar, el derecho administrativo para trabajar con la administración,  la Economía , etc son asignaturas que marcan la distinción con esos estudios.

En relación con Agrónomos, que son ingenieros y estudian  lo mismo que nos diferencia de Biologos y Ambientales, no tienen la formación en el Medio Natural que tenemos nosotros. Por estos motivos pienso que la carrera de Ingeniero de Montes es la más completa para todo lo relacionado con el medio Natural. Hace 35 años éramos muy pocos y otras profesiones nos desplazaron de “nichos” propios de nuestra profesión. Ahora que sobran titulados de todo tipo, es imprescindible tener una formación completa y  muy buena, para que se nos diferencie de otras profesiones “similares” PERO TOTALMENTE DISTINTAS. Todo lo anterior en lo relacionado con el Medio Natural. Pero no hay que olvidar nuestra colaboración en todos los temas de Desarrollo rural, Parques y Jardines, Calidad del agua y aire, Ordenación del territorio y en las Industrias Forestales. Creo que sobran muchas escuelas de Forestales y alguna de Montes, que tenemos un formación diferente a nuestros “competidores” y que tenemos que ponernos en valor.

Valentín Gómez Mampaso. Ingeniero de Montes. Subdirector de Relaciones Institucionales. Grupo TRAGSA

Álvaro Picardo Nieto

La profesión de ingeniero de montes me ha permitido desarrollar mi vida profesional en estrecho contacto con el valioso medio rural nacional y entender mejor el funcionamiento de los recursos naturales, en interacción con las sociedades humanas y sus demandas de bienes y servicios, tan cambiantes en el tiempo. Esta profesión, que entre 1850 y 1975 estaba orientada a la gestión, conservación y recuperación de los montes públicos nacionales, desde la administración pública española, tiene actualmente una proyección mucho más amplia. En un contexto global, los ingenieros de montes son profesionales bien cualificados para la gestión de los extensos territorios forestales del mundo y para interactuar con otros profesionales que intervienen sobre el territorio, en el ámbito de la agricultura, las infraestructuras, la gestión hidrológica o el desarrollo urbano. Entre sus cometidos fundamentales está el de aprovechar adecuadamente las oportunidades de ocio y los recursos naturales renovables que ofrecen los ecosistemas terrestres (madera, pastos, caza y otros), desarrollando las cadenas de valor en la industria y los servicios hasta llegar al consumidor. Y todo ello, garantizando la conservación de los sistemas naturales y la provisión de lo que ahora se llaman servicios ecosistémicos: la conservación de la biodiversidad y el paisaje, la provisión de agua de calidad o la lucha contra el cambio climático. Es un acierto nacional haber enmarcado esta profesión entre las ingenierías, por su orientación a la resolución de problemas, aunque las soluciones que plantea requieren conocimientos sobre el funcionamiento de sistemas biológicos y sociales y no tanto de los sistemas físicos, como ocurre en otras ramas de la ingeniería. De ahí que la formación debiera orientarse más a la sociología y la ecología que a la física y apostar siempre por visiones integradoras. En todo caso, es una formación muy enriquecedora en lo personal, que ofrece valiosas oportunidades para colaborar con otros profesionales y particularmente con los habitantes del medio rural.

Álvaro Picardo Nieto. Dr.Ingeniero de Montes. Dirección General del  Medio Natural. Junta de Castilla y León

 

Mónica Rivas Casado

La futura inversión internacional en protección de hábitats y cambio climático posiciona a la Ingeniería de Montes a la vanguardia en salidas profesionales en materia de tecnología y medio ambiente. La ventaja de la Ingeniería de Montes sobre otras opciones educativas es la diversidad de asignaturas y tópicos que se cubren durante el curso, preparando al estudiante para diversas funciones laborales (desde matemáticas aplicadas hasta la gestión de proyectos). Es por ello que recomiendo el Máster de Ingeniería de Montes a todo/as aquello/as estudiantes con iniciativa y visión de futuro que quieran desarrollar una carrera medioambiental. En mi caso personal, la Ingeniería de Montes me ha proporcionado los conocimientos y competencias necesarias para desarrollar mi carrera científica y establecerme así como profesora de universidad en el Reino Unido. Actualmente, uno de mis roles es actuar como consejera del Gobierno en el ámbito de tecnología (robótica, sistemas autónomos y procesado de datos). Este rol conlleva el desarrollo de estrategias para la identificación de tecnologías que puedan potenciar la competitividad económica del Reino Unido a nivel internacional y requiere la discusión de estas estrategias a nivel Ministerial.

Mónica Rivas Casado. Dra. Ingeniera de Montes. Lecturer in Applied Environmental Statistics. Cranfield University

¿Qué significa para mí la profesión de ingeniero de montes? El Ingeniero de Montes sirve para gestionar terrenos e industrias forestales de forma correcta, aplicando los principios básicos de la selvicultura: multifuncionalidad y sostenibilidad. La función más importante del Ingeniero Forestal es ser portavoz del monte, trasladar al resto de la sociedad lo que el monte demanda, tratar de que se lo den, y entender correctamente sus mensajes.

¿de qué me ha valido esa formación para mi trabajo, ya casi pasado? Mi actividad profesional se ha desarrollado, cronológicamente, en los siguientes campos: investigación; gestión desde la administración; docencia en Selvicultura y Repoblaciones; y finalmente, otra vez investigación. En ese largo tiempo y actividad no se puede afirmar que la formación recibida haya cubierto toda las necesidades. La formación académica sirvió para fijar algunas bases, detectar las lagunas de conocimiento y saber dónde y cómo seguir aprendiendo. En el largo proceso de aprendizaje he comprobado que el mejor maestro para este oficio es el propio monte, y que muchas de las tecnologías que se imparten en las escuelas y las metodologías de investigación son los instrumentos para recibir estas enseñanzas.

¿cuál es la proyección futura de la profesión?  ¿qué posibilidades laborales tiene? La importancia de la profesión es grande, por ser el territorio forestal  cada vez mayor, más de 27 millones de hectáreas, más del 50% del territorio español, y más complejo. En esta sociedad moderna y urbana, principios del siglo XXI, que nos está tocando compartir nos encontramos cada vez más lejos de lo que se ha venido llamando, por oposición a la ciudad, el campo. Esta distancia, que se agranda, no se refiere tanto a una cuestión física como a una cuestión conceptual y vivencial. El campo, cuyo componente más complejo es el monte, se nos aleja, muchas veces sin darnos cuenta, por que no entendemos qué es, cómo funciona, de dónde viene, cómo cambia y a donde va. Como ya no lo vivimos y los que lo han vivido están más lejos, estamos adquiriendo una visión simplista de su ser y de su estar que explica que todavía queden normativas que lo consideran algo estático y, por desconocido, intocable. A pesar de lo anterior, la trascendencia de los bienes y servicios que el monte proporciona a la sociedad es tan grande, y tan grande el territorio, y tan compleja la gestión, que las posibilidades de empleo de los buenos profesionales forestales serán, necesariamente, muy favorables. A pesar del actual inmovilismo, el monte tirará de todos nosotros en el futuro.

Rafael Serrada Hierro. Dr. Ingeniero de Montes. Jubilado